Egos que agudizan la crisis del Deportivo Cali
Una vez más, Deportivo Cali ha sufrido una dolorosa derrota, esta vez causada por errores defensivos que resultaron fatales. Lo que en algún momento fue un equipo con aspiraciones altas, hoy se encuentra asomándose peligrosamente a la zona de descenso, la temida tabla de la que ningún club quiere ser parte.
En el terreno de juego, lo que se observa no es un equipo cohesionado, sino un conjunto de individualidades, parecen más preocupados por sus propios intereses que por el bienestar colectivo. Los egos y las luchas internas se reflejan en cada jugada, impidiendo que el equipo funcione como una máquina bien engranada. Esta falta de cohesión es evidente, especialmente en la defensa, donde los errores se han convertido en una constante.
La decisión de sustituir a Martín Rea por Luis Mesa no aportó la solución esperada en el segundo tiempo. Lejos de mejorar, el equipo continuó mostrando debilidades con pases erráticos desde el fondo, y un arquero inseguro cuyas salidas y entregas dejaron mucho que desear. El mediocampo, desorientado, no pudo conectar con los delanteros, quienes, al recibir el balón, se limitaban a rematar sin precisión ni convicción.
La sensación que queda tras el pitazo final es amarga. Los hinchas, siempre fieles, se van del estadio desilusionados y con una creciente incertidumbre sobre el futuro del equipo. El camino hacia la salvación se ve cada vez más empinado, y si no hay un cambio drástico, Deportivo Cali corre el riesgo de enfrentar una de las temporadas más oscuras de su historia.
Los próximos partidos serán cruciales, no solo para sumar puntos, sino para intentar rescatar el espíritu de equipo que parece haberse perdido en el vestuario. Los errores defensivos y la falta de unidad deben ser corregidos de inmediato si se quiere evitar un destino que, hoy por hoy, parece inevitable. Los hinchas lo saben, y es hora de que el equipo también lo asuma.